Capilla de San Gil
Renacimiento
1ª Tercio del siglo XVI
Es la capilla mayor de la Iglesia colegial. Se halla en el falso crucero del templo. Cuenta, asimismo, con sacristía actual sacristía de la Iglesia.
A ambos lados de la capilla podemos contemplar las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Son sencillas tallas de madera policromada de principios de siglo.
Esta capilla pertenece en su mayor parte al trazado original del templo, como así lo atestiguan la antigüedad ode los materiales y elementos arquitectónicos comunes. La ampliación y posterior adaptación se reduciría a las obras de ubicación del nuevo retablo procedente de la parroquial de San Gil que fue demolida en 1826, al encontrarse totalmente arruinada, y a la creación de su propia sacristía.
La capilla se cierra mediante reja o cancel de madera coronado por una cartela con la inscripción "PAX VOBIS".
Retablo San Gil.
El retablo no presenta grandes novedades respecto a sus coetáneos de la Iglesia. Coronado por el Calvario tardogótico que remata el conjunto. Este calvario de estilo renacentista del primer tercio del S. XVI. Fue restaurado en los años cuarenta.
San Gil, abad.
La escultura en bulto redondo de San Gil Abad, de estilo barroco, del primer tercio del S. XVII con gran devoción desde el S. XIII al S. XVIII que después decayó tras la prohibición del famoso "Toro de las Vísperas" en 1767. El santo está representado como monje benedictino con hábito negro decorado con estrellas doradas y flores, sobre el que se superpone un manto del mismo tono. Lleva en su mano izquierda un libro abierto y le acompaña su atributo más característico, la cervatilla que alimentó al santo anacoreta en su retiro de Francia. En la mano derecha porta un báculo dorado que alude a su dignidad de abad.
Lápida Sepulcral de Don Pedro de Valderrábanos.
Renacimiento. 1ª Mitad del S. XVI.
Don Pedro de Valderrábanos fue escribano público de Torrijos y pertenecía a la familia abulense de los marqueses de Valderrábanos cuyo escudo heráldico, el que figura en el epitafio. La lápida sepulcral, de mármol negro, es sencilla y se halla embutida en la pared
Epitafio dice: "(A)QUI ESTA SEPVLTADO EL MUY NOBLE CAVALLERO EL LICE(N)CIADO (DON) P(EDR)O DE VALDERAVANO, Q(UE) FALLECIO (EL) DIA DE SA(N)TIAGO. AÑO DE MIDIXL. DEXO A ESTA IGL(ES)IA CIERTO PADRE E(S)TA PARA UNA MEMORIA POR SU ALMA".




Sagrado Corazón de Jesús

Inmaculado Corazón de María

Sepulcro D. Pedro de Valderrábanos


Virgen de la Alegría
Reliquias Beato Liberio González
Capilla de Ntra. Sra. del Carmen
Churrigueresco
Principios del Siglo XVII
Es la joya barroca de nuestra iglesia. Obra representativa del desbordamiento barroco de comienzos del S. XVIII. Barroco de síntesis y conjunción artística. La calle central es de mayores proporciones que las laterales que la flanquean. En las calles laterales hay dos hornacinas aveneradas que, desgraciadamente, se encuentran vacías en la actualidad y que ignoramos que esculturas las ocuparían.
En el coronamiento destacan las estatuas en bulto redondo de dos ángeles músicos apoyados en roleos vegetales. El de la derecha toca un violín y en el lado izquierdo pulsa las cuerdas de un laúd y dirige la vista al espectador. Asimismo, aparecen dos tondos con imágenes en lienzo de medio cuerpo, San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier de fino trazado y colorido.
Ntra. Sra. del Carmen
María aparece efigiada como mujer muy joven de rostro bellísimo y sereno. Sostiene al Niño desnudo con su mano izquierda, mientras bendice con su mano derecha. Ambos, están coronados. El Niño, lleva un escapulario sobre su mano derecha. La Virgen viste el hábito del Carmelo y apoya sus pies en una peana que descansa sobre una nube con dos querubines.
El conjunto escultórico tuvo que ser restaurado a comienzos de los cuarenta, tras la guerra civil. Restauración que, desgraciadamente, no fue un dechado de perfección. No obstante, es incuestionable la belleza y la calidad artística de la talla. Hubo con anterioridad a esta imagen una de piedra, desaparecida en la Guerra Civil.

San Ignacio de Loyola

San Juan Bautista

Retablo Ntra. Sra. del Carmen

Ntra. Sra. Virgen del Carmen

San Francisco Javier

Santa Lucía
Altar de San Antonio de Padua
Barroco
Principios del siglo XVIII
Retablo de un solo cuerpo y coronado por ático en forma de frontón triangular, enmarcado con una cruz sobre una peana.
El grupo escultórico formado por el santo, el Niño Jesús y un niño mendigo, descansa sobre una peana de dos cuerpos. La mesa del altar tiene un relieve que representa un ramito de azucenas. El ramo descansa sobre un libro abierto, dentro de un tondo.
San Antonio de Padua
El santo está representado como hombre joven, imberbe, de amplia tonsura y rasgos delicados. Viste hábito franciscano. Sostiene al Niño con su mano derecha y entrega al mendigo un panecillo. Jesús está semidesnudo, cubierto por un paño que cae sobre el hábito del santo. El conjunto escultórico parece haber sido esculpido en el S. XIX, dentro de la estética historicista.

Altar San Antonio de Padua
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San Antonio de Padua
Altar de la Virgen del Pilar
Barroco
Año 1628
Junto a la capilla del Amor Hermoso se encuentra este retablo cuya fecha podemos ver fácilmente. Presenta igual disposición que los de San Antonio Abad y Santa Teresa de Jesús. La hornacina central del retablo alberga, actualmente, una estatua en bulto redondo de la Virgen del Pilar, moderna. El retablo se encontraba hasta la tercera década del S. XX bajo la advocación del Santo Cristo de la Agonía o de la Fe, que actualmente, se encuentra en la Iglesia del Beato Francisco Pérez de Godoy.
El frontón triangular se encuentra coronado por una moldura formada por dos volutas laterales que enmarcan una especie de venera, en cuyo centro figura la referida fecha de erección del retablo. Como novedades diferenciales respecto de los retablos parecidos, aporta éste, a los lados del frontón, dos flameros.

Altar Virgen del Pilar
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Virgen del Pilar
Capilla de la Virgen del Amor Hermoso
Barroco
Siglo XVII
Antigua capilla bautismal. Se trata de un retablo de traza muy sencilla dentro de la tipología de "retablo-cuadro", pues en realidad se trata de un gran marco que alberga el lienzo en el que se representa la Inmaculada Concepción bajo la advocación del Amor Hermoso. La decoración es exuberante y abarca todo el espacio del marco y se organiza mediante rocallas y cuatro querubines, contemplando la estructura arquitectónica las pilastras laterales. Sobre éstas figuran dos cartelas que enmarcan sendas placas recortadas con símbolos marianos: un pozo y una fuente. Un tercer símbolo, el sol, se sitúa en la tarjeta del copete.
Virgen del Amor Hermoso
La composición pictórica representa a María efigiada como mujer joven, viste túnica blanca con camisa roja debajo. Sobre aquella destaca un manto azul de amplísimo vuelo en su espalda. Bajo los pies de la Inmaculada se encuentra una luna con los cuernos hacia arriba y, debajo, la serpiente-diablo.
El fondo, nuboso, se ilumina parcialmente con el sol que forma en la cabeza de María un aura, sobre la que se ve al Espíritu Santo en forma de paloma.
Sendas parejas de querubines flanquean la imagen de la Virgen y bajo ellas un ramo de rosas y una planta con azucenas.
Sobre la predela hay un pequeño sagrario en cuya puerta figura, en relieve, un cáliz con hostia, enmarcado por arco de medio punto. A los lados y en el coronamiento, aparece una decoración a base de hojas de acanto entrelazadas que conforman un corazón.

Capilla Virgen del Amor Hermoso

Virgen del Amor Hermoso
Altar de Santa Teresa de Jesús
Barroco
1º Tercio del Siglo XVII
Sencillo y hermoso retablo destinado a albergar en una hornacina, procedente de moderna restauración, la estatua en bulto redondo de la santa carmelita.
Santa Teresa de Jesús
Santa Teresa está representada como escritora (será en el año 1970 cuando la Iglesia la honre con el título de Doctora). Porta en su mano derecha una pluma de ave, mientras sostiene en la palma de su izquierda un libro abierto. El Espíritu Santo, en forma de paloma, inspira al oído de la santa lo que ésta se dispone a escribir. La santa viste el hábito carmelitano cuyos ropajes caen en naturalidad. La peana sobre la que descansa la imagen es de gran belleza y de rica ornamentación fitomorfa.
El rostro de Santa Teresa es joven y bello, indudablemente idealizado, y su expresión serena, se aparta del de otras representaciones.
En el centro del frontal del altar, enmarcados en una pequeña tarja, aparecen representados un bonete, un libro, una pluma y un tintero. En el libro figuran escritos los siguientes versos:
"La ciencia calificada,
es que el hombre en gracia acabe;
pues al fin de la jornada,
aquél que se salva sabe;
el que no, no sabe nada".
Y en el banco del retablo una segunda inscripción de connotaciones eucarísticas: "HOC EST ENIM CORPUM MEUM. HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI. NOVI ET AETERNI TESTAMENTI MISTERIU(M) FIDEI. QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFU(N)DETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM".

Altar Santa Teresa de Jesús
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Inscripción Altar
Santa Teresa de Jesús
Altar de San Antonio Abad
Barroco
1º Tercio del Siglo XVII
Es un retablo de sencilla traza arquitectónica. El retablo se compone de un cuerpo único en el centro del cual se halla la hornacina para ubicar la estatua de bulto redondo del santo titular, San Antonio Abad. Como elementos de sustentación, se emplean dobles columnas de fuste con estrías verticales, coronadas mediante capiteles de tradición corintia. Este retablo fue restaurado a finales de los años setenta por Santiago Lara, de Socuéllamos, quien añadió carpintería nueva e hizo una restauración de escasa calidad técnica.
San Antonio Abad
2ª mitad del S. XVIII. Barroco
El popular santo egipcio, eremita y fundador de monasterios, está representado como hombre anciano, con larga barba cana. Viste hábito blanco con capa azul y capucha que cubre su cabeza. Lleva en su ano derecha un báculo y en la izquierda un libro cerrado que elude a su condición de escritor. Los pies descalzos del santo descansan sobre una rica peana formada por un grupo de nubes sobre las que emergen tres cabezas de ángeles alados de buena factura. Y a los pies de San Antonio, su atributo más común: un cerdito.

Altar de San Antón
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San Antonio Abad
Altar de las Ánimas
Diego de Céspedes y Fernando del Amo.
Barroco
Siglo XVII
Se trata de un retablo-cuadro formado por un marco de finísima talla que acoge un lienzo con el tema de las ánimas del Purgatorio. Completan el conjunto un banco, una mesa y altar para las celebraciones litúrgicas. Faltan varios angelitos que fueron trasladados al órgano al ser restaurado éste por D. Alejandro Massó (1986).
El lienzo nos muestra una escena de especial devoción: Las ánimas del Purgatorio.
La zona central de la composición nos muestra el motivo principal: un sacerdote con aspecto de anciano venerable en el momento solemne de la Consagración. Un angelito contempla la escena en actitud orante, mientras que en el lado izquierdo del altar y en el derecho, un ángel y un bienaventurado transportan dos almas al Cielo.
Destacan en el conjunto compositivo tres personajes que, en primer plano, en la parte inferior (uno de ellos con amplia tonsura, tal vez un religioso), emergen de las llamas y miran a lo alto implorando la remisión de sus penas.
La figura de Cristo crucificado, rodeada de nubes entre las que irrumpe la luz que ilumina la mitad superior de la composición, es, acaso la de mejor factura del lienzo.
En la zona inferior que representa el Purgatorio dominan los colores rojos y amarillos dentro de un cromatismo que, en general, podemos calificar de apagado.
La obra, que sigue fielmente la iconografía tradicional, presenta acusado contraste entre el cuadro propiamente dicho y su marco: de escasa calidad artística el primero, y de finísima talla y decoración el segundo.

Altar de las Ánimas

Las Ánimas del Purgatorio
Retablo de San Pedro
Renacimiento Purista
2ª Mitad del siglo XVI
La actual advocación de San Pedro es reciente, pues la hornacina ocupada por el santo lo estuvo anteriormente por una escultura de madera policromada (S. XVIII) de Ntra. Sra. de los Ángeles que hoy se encuentra en el Museo Parroquial.
Una cruz de brazos abalaustrados se alza en el centro encima del frontón. En el piso superior culminan dos tondos, en uno está representado el rostro de Jesús y en el otro la Virgen María.
En la zona central del banco del retablo: "HOC EST ENIM COR(US) (M)EUM. HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI. NOVI ET AETERNI TESTAMENTI MISTERE UM FIDEI QUI PRO VOBIS E PRO MULTIS EFFENDERETUR IN REMISSIONEM PECCATORU(M)."
San Bernardino de Siena y la Virgen María
La tabla, pintada al óleo, se halla en la calle lateral izquierda del retablo. El santo italiano viste hábito de la Orden franciscana y se le representa como hombre joven, imberbe. En su mano derecha lleva un libro cerrado, y en la izquierda un disco llameante con el anagrama IHS. El santo está representado de medio cuerpo y dirige su mirada hacia el disco.
En la parte inferior figura la Virgen María de pie con el Niño. María viste una túnica de color rosado y manto azul y cubre parcialmente su cabeza con velo blanco. Ambos, Madre e Hijo, dirigen su mirada hacia la derecha del espectador.
San Jerónimo
El santo está representado como penitente, arrodillado y semidesnudo, apenas cubierto por un paño de pudor blanco y un manto de color rojo. Su fisionomía es la de un anciano de barba blanca, pero su anatomía es joven y musculosa. Lleva un bastón en su mano derecha y con la izquierda sujeta un crucifijo. A los pies del santo figura su atributo más particular: un león que, según la tradición acompañaba al santo en su retiro al desierto de Calcis, tras haberle quitado una espina de la pata. Otro de los atributis de San Jerónimo es la piedra con la que se golpea su pecho para liberarse de sus tentaciones carnales.
Decapitación de San Juan Bautista
En la parte superior aparece Herodes junto a sus invitados previo al martirio del santo. Ante la mesa que preside en su palacio de Maqueronte, una joven tañe su laud y en el otro extremo la hermosa Salomé y Herodías, que pedirían a Herodes la cabeza del Bautista.
En la parte inferior, se representa la escena principal, San Juan arrodillado con las manos juntas, en actitud orante, mientras el verdugo levanta la espada del martirio. A la derecha, Salomé coge entre sus manos una bandeja donde ha de ser depositada la cabeza. Un joven situado entre el santo y Salomé extiende su mano derecha en ademán de implorar clemencia, mientras los personajes de la izquierda asisten impasibles a la ejecución. Un perrito, detrás de la pierna derecha del verdugo contempla la escena.
San Francisco de Asís
Aparece representado de medio cuerpo en actitud de éxtasis, mirando al Cielo, con las manos extendidas en cuyas palmas se aprecian los estigmas de la Pasión. Viste hábito de su Orden. En la parte superior izquierda, adonde mira el santo, hay una visión celestial con luz que se proyecta sobre la escena y querubines.
Santiago el Menor y Santa Isabel
El primo del Señor aparece representado de medio cuerpo. Viste un manto rojo y sobre él una esclavina morada con ribete dorado. bajo el manto aparece una túnica azul-verdosa. El Apóstol porta una barra dorada con dos resaltes en la parte superior. Muestra actitud serena y figura sobre su cabeza un nimbo circular.
Santa Isabel, imagen de canon irregular, típicamente manierista, de potente anatomía en relación con la altura. Viste túnica verde y manto ocre, y lleva sobre la cabeza una toca blanca. La expresión de la santa es serena y dirige la cabeza hacia abajo. Lleva un libro abierto entre las manos.
San Pedro
La hornacina en la que se inscribe la escultura es un pórtico renacentista con arco de medio punto y seis casetones.
El santo está de pie y su cuerpo se apoya sobre el pie izquierdo lo que permite mover la rodilla de mismo lado hacia delante, en actitud de movimiento. Lleva los pies desnudos.
Se le efigia como varón de mediana edad, semicalvo, barbado, de rostro sereno. Viste túnica y manto de tonos rojos y azul intensos. El santo porta en su manos dos atributos, un libro que elude a su condición de escritor y las llaves.

Retablo S. Pedro

San Pedro
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Retablo S. Pedro



San Jerónimo, Decapitación de S. Juan Bautista y San Francisco de Asís
San Bernadino de Siena
Virgen María con el Niño
Santiago el Menor
Santa Isabel
Altar de San Rita de Casia
Barroco
2ª Mitad del Siglo XVII
Este retablo fue dedicado, en principio a San Carlos Borromeo, santo italiano que tuvo en Torrijos especial devoción como así lo atestigua la celebración de su festividad, adoración a su reliquia y su posible representación en el retablo de Santa Ana.
Consta de un solo cuerpo culminado con ático procedente de otro retablo anterior barroco de la 2ª mitad del S. XVII.
En el centro del entablamento quebrado destaca una tarja con el anagrama jesuítico IHS y en el interior un lienzo que representa al fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola, con un libro en las manos, acaso el de los "Ejercicios Espirituales".
Santa Rita de Casia
Actualmente, titular del retablo, está representada en una bella escultura en bulto redondo, próxima a su tradicional iconografía, y que se enmarca en una hornacina. Se le efigia como mujer bella y joven vestida con hábito de religiosa agustina. La estatua de Santa Rita es moderna, de la segunda década del S. XX.

Altar de Santa Rita
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Santa Rita de Casia

San Ignacio de Loyola
Capilla de Ntra. Sra. de los Dolores
Barroco
Siglo XVII
La capilla en la que se encuentra actualmente este retablo tuvo las advocaciones anteriores de la Inmaculada Concepción y del Niño Jesús.
El retablo de María Stma. de los Dolores consta de un solo cuerpo con ático o coronamiento. La Virgen se halla en el exterior de la hornacina debido al tamaño de su manto. Sobre la hornacina figura un friso con dos ángeles alados que flanquean al Espíritu Santo en forma de paloma.
En el centro del ático se halla un tondo circular dentro del cual está representada la Santa Faz. Nueve haces de rayos refulgentes parten del tondo.
Dos ángeles de mayor tamaño que los anteriores, se sitúan sobre el arranque del frontón curvo, que queda interrumpido para dar paso al cuerpo del ático, que su culmina por medio de una tarja.
Actualmente ocupa este retablo barroco una imagen de vestir de María Santísima de los Dolores de finales del S. XIX.

María Stma. de los Dolores
Bibliografía y Fotografía
Gracias a los que han investigado y compartido sus conocimientos y fotografías con el resto de torrijeños a través de los medios de comunicación, publicaciones históricas, etc...
Asociación Amigos de la Colegiata, Julio Longobardo, Fernando Alcántara, Jesús Sánchez de Haro, Justiniano de la Peña, Antonio Toledo, Alfonso Donoso, Gregorio Sánchez de Rivera, Fernando Melara, Jesús del Castillo, Hermandades Penitenciales, Ayuntamiento de Torrijos, Asociaciones y Grupos Parroquiales...