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Retablo
Mayor

Renacimiento. Traza plateresca
Tablas y esculturas manieristas. Hacia 1558.
Juan Correa de Vivar

Es la obra de la Colegiata que despierta mayor admiración entre quienes la visitan. Datación y atribución no ofrecen ningún género de dudas. Fue Juan de Correa de Vivar quien contrató la ejecución del conjunto con el cabildo torrijeño en 1558 (A.H.P. protocolo 1695, fol 506), iniciándose la obra a comienzos de 1560.

Ignoramos las condiciones del contrato, ya qe al cuaderno de documentos le faltan 34 folios que le han sido arrancados.

Juan Correa de Vivar está considerado por Azcárate y Ristori como el más importante pintor castellano de la segunda mitad del XVI. Debió de nacer en Mascaraque (Toledo) a principios de siglo y compatibilizó su ministerio sacerdotal con su dedicación a la pintura. Su estilo es manierista y en él se advierte un abierto eclecticismo que recibe varias influencias, pero las más claras son las de Rafael (dibujo), formas y estructuras compositivas (Juan de Borgoá y Pedro Berruguete) y paisajes que evocan los colores claros y figuras estatuarias de Andrea Mantegna. 

 

Como en toda obra de taller puede fácilmente diferenciarse la intervención del maestro de la de sus discípulos, quienes muestran un menor dominio técnico. 

 

La pintura no presenta veladuras y está aplicada directamente sobre el dibujo. Una gruesa capa de imprimación dispuesta sobre la estopa encolada, que descansa en la tabla, produce el efecto visual deseado; toda vez, que la obra está concebida para ser observada a larga distancia al tratarse de un retablo de grandes dimensiones.

 

No es precisamente la riqueza cromática el rasgo más importante en la obra del pintor. Predominan en las figuras del retablo los tonos claros que contrastan con el rojo bermellón de las túnicas, junto con la presencia de gama de ocres y verdosos. Sus actitudes son movidas y el modelado blando y esfumado, junto con una estilización en el canon y una lograda unción religiosa en los gestos.

 

El estado de las tablas hasta su restauración (entre 1980 y 1981) era, en verdad, lamentable. La pátina del tiempo había oscurecido de tal manera la pintura que su identificación era harto problemática.

 

Su datación ha sido objeto de cierta polémica y confusión debida a una fecha repintada que aparece en el banco de la parte izquierda del espectador, según la cual el retablo sería realizado en 1522. E igual problema suponía la identificación de su autoría. Pero gracias a los estudios de José Carlos Gómez Menor, de Esperanza Pedraza Ruiz y los más recientes de Isabel Mateo Gómez (C.S.I.C., Madrid, 1983), las dudas han dejado de serlo.

 

Sabemos, asimismo, que Juan Correa de Vivar falleció poco tiempo después de realizadas las obras de este retablo, en la ciudad de Toledo, el 16 de abril de 1566, según consta en el trabajo de J.C. Gómez Menor "Juan Correa de Vivar". Algunos datos documentales sobre su vida y obra"

(B.A.T., pág. 144, núm. 3).

El Retablo

Es un retablo de grandes dimensiones (Largo: 12,5m. Ancho: 10,2m.). La traza es típicamente plateresca y se organiza en sistema de casillero. La profusión decorativa es riquísima y en el repertorio ornamental de grutescos, flameros, medallones y balaústres hay ciertos aspectos que evocan obras de nuestro paisano el inmortal Alonso de Covarrubias y Leyva, especialmente, la del altar de Santa Librada (catedral de Sigüenza). No olvidemos que Correa mantuvo buenas relaciones con Covarrubias y que, incluso éste, figura entre los rematantes de la almoneda de los bienes del sacerdote toledano. Covarrubias pagó por varias pertenencias la cantidad de 11.250 maravedís.

 

Destaca en el conjunto la adaptación al marco arquitectónico que sirve de base (un ábside poligonal gótico) y la disposición simétrica de los elementos.

 

Resulta evidente que hubo un retablo anterior en estilo hispano-flamenco, desgraciadamente desaparecido, de dimensiones más reducidas, como lo prueba el hecho de quedar cegada la gran ventana gótica que iluminaba desde oriente la nave central y que hoy puede observarse desde la calle de Orozco.

 

El tema compositivo central de este retablo es la exaltación de la Eucaristía a través de la Pasión de Cristo, motivo que viene a redundar con la temática de la plateresca portada principal, con la "purista" portada del mediodía y con la advocación del templo fundado por la "Loca del Sacramento".

 

En cuanto al recorrido descriptivo que hemos realizado, lo hemos hecho desde el punto de vista del espectador, de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba.

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San Simón Zelote y apóstol desconocido

Calle 1ª

Esculturas en bulto redondo representan do a San Simón y un apóstol.

Simón el Zelote está representado como hombre maduro, moreno, de cabellos oscuros. El santo entreabre la boca en actitud de diálogo (al igual que la mayoría de las figuras del retablo), mostrando una expresión severa. Inclina el cuerpo hacia su derecha y en este lado descansa una espada aserrada. Viste una túnica ajustada a la cintura y un manto oscuro adornado con flores doradas. El fondo se decora con rameados y motivos tallados "a candelieri".

 

El santo que aparece representado a la izquierda de San Simón y con el que parece dialogar es de rostro más inexpresivo y facciones más delicadas. Viste parecida indumentaria que San Simón y ha perdido el atributo que portaba en su mano izquierda, lo que imposibilita su identificación.

 

Ambas esculturas tienen las mismas dimensiones: 1,25m. de largo, 0,40m. de ancho y 0,35m. de profundo.

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Santiago el Mayor y San Judas Tadeo

Calle 2ª

Esculturas en bulto redondo representando a Santiago el Mayor y a San Judas Tadeo. Santiago está representado como peregrino, de mediana edad y espesa barba oscura. Como el resto de los apóstoles va descalzo, viste túnica y manto y ha perdido el báculo que llevaba en su mano derecha. Cubre su cabeza con un sombrero y sobre éste destaca una concha o venera. Es una talla de buena factura destacada, en especial, en el tratamiento del rostro.

 

San Judas Tadeo aparece efigiado como anciano, calvo, imberbe, de rasgos faciales muy angulosos. Porta en su mano derecha una alabarda pequeña (ya que ha perdido gran parte de su astil), atributo con el que se le representa tradicionalmente, mientras que con su mano izquierda recoge el manto.

Santiago el Mayor y San Judas Tadeo.JPEG

Apóstoles Desconocidos

Calle 4ª

Esculturas en bulto redondo representando a dos apóstoles desconocidos.

El que figura en primer lugar inclina suavemente la cabeza y superpone la mano derecha sobre la muñeca de su izquierda. Es digno de resaltar que la disposición gestual del apostolado respecto a la colocación de sus manos está claramente individualizada. El santo es un hombre maduro, moreno, barbado, de cabellera larga y ondulada que muestra en la expresión de su rostro cierta ternura, especialmente reflejada en su mirada.

 

El apóstol de la derecha oculta su mano derecha dentro del manto y apoya la izquierda en el pecho. Está asimismo representado como hombre maduro de ojos grandes y claros y de rasgos faciales enérgicos. Entreabre la boca y permite ver sus grandes dientes.

 

Ambas esculturas tienen las mismas dimensiones: 1,25m. de largo, 0,40m. de ancho y 0,35m. de profundo.

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San Bartolomé y Santiago el Menor

Calle 5ª

Esculturas en bulto redondo representando a los apóstoles San Bartolomé y a Santiago el Menor, hijo de Alfeo.

San Bartolomé ha perdido uno de sus atributos, el cuchillo con el que fue desollado vivo y que portaba en su mano derecha. El otro atributo es el diablo que lleva encadenado a sus pies por medio de un grillete sencillo de eslabones de cuero que imitan al hierro. El santo muestra un gesto de sorpresa, mirando al frente a través de la expresividad de sus grandes ojos claros y, al mismo tiempo, abre casi al completo su boca.

 

Santiago el Menor, hijo de Alfeo, conocido también por el "hermano del Señor", porta en su mano izquierda una maza nudosa atributo de su martirio, y dobla en ángulo recto el brazo derecho sobre su pecho. Cruza las piernas y hace descansar el peso de su cuerpo sobre el pie derecho. Viste un manto decorado con motivos vegetales de gran tamaño que se alternan con pequeñas flores.

 

Ambas esculturas miden 1,25m. de largo, 0,40m. de ancho y 0,35m. de profundo.

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Santa Lucía y Santa Apolonia de Alejandría

PRIMER CUERPO

1ª ENTRECALLE

1ª hornacina: Estatua en bulto redondo que representa a Santa Lucia.

La santa está efigiada como mujer joven y bella que porta en su mano izquierda una bandeja con los atributos de su martirio: dos ojos. La imagen se halla dentro de una hornacina avenerada y descansa sobre una peana semejante a una fuente dorada.

Le falta la mano derecha y el nimbo circular.

 

2ª hornacina: Estatua en bulto redondo de Santa Apolonia de Alejandría.

Representada como joven de rostro aniñado, de melena corta y rizada cubierta de un velo. Lleva en su mano derecha una tenaza con una muela, atributos que aluden a su martirio y con los que se la representa tradicionalmente.

La pareja de santas está separada por una columna, que está abalaustrada en su parte superior, y en el centro un pequeño medallón, mientras que la decoración del fuste se completa con elementos vegetales y un ser fitomorfizado. Encima de las veneras hay dos cartelas y sobre ellas grutescos, mascarones y angelitos alados. Sobre las columnas que separan las entrecalles y calles aparece siempre una decoración rosácea muy característica en este retablo.

 

Dimensiones: 0,75m. de largo, 0,25m de ancho y 0,20m de profundidad.

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San Pablo y San Pedro

2ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a San Pablo y a San Pedro.

San Pablo está efigiado como hombre maduro, semicalvo, de barba partida. Coge con su mano derecha una espada serpenteante que alude a su martirio, pues murió decapitado. Sobre su cabeza lleva un nimbo (cuya tipología se repite en todos los modelos) con forma de disco, borde dorado y fondo azul.

 

San Pedro está representado conforme a la iconografía tradicional. Viste túnica azul que cubre mediante manto dorado decorado con motivos vegetales. Lleva en s u mano derecha una llave dorada (símbolo del Cielo) y en la izquierda otra plateada (símbolo del Infierno), en alusión de poder perdonar o retener los pecados. Ambos apóstoles aparecen emparejados como pilares y fundadores de la Iglesia.

 

Dimensiones: 0,75m. de largo, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

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San Juan Evangelista y San Matías

3ª ENTRECALLE

Esculturas de San Juan Evangelista y San Matías.

San Juan sigue el modelo de la iconografía habitual: joven, de rostro agraciado, cabello rizado y oscuro. Lleva en su mano izquierda el cáliz envenenado de su martirio (según tradición medieval) y lleva la mano derecha al pecho sujetando su manto.

 

San Matías aparece efigiado como varón maduro de rostro sereno y mirada muy expresiva. Viste una túnica marrón y un manto azul con estampación dorada. Al mismo tiempo que recoge el manto, sujeta con su mano izquierda una lanza plateada de corto astil.

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Santa Catalina de Alejandría y Santa Bárbara

4ª ENTRECALLE

Esculturas de Santa Catalina de Alejandría y Santa Bárbara.

La santa alejandrina está efigiada como joven hermosa, de bello rostro algo aniñado. Va vestida elegantemente mediante manto y túnica ceñida al talle y bajo cuya cintura prenden colgantes dorados. La parte superior de la túnica está recamada en oro. Como atributo de su martirio lleva la santa la clásica espada.

 

Santa Bárbara, igualmente representada como mujer joven y bella, lleva elegante atendo que recuerda la nobleza de su origen. El manto se recoge a la altura del cuello y cubre su cabeza mediante tocado que se anuda bajo el mentón. El artista ha conseguido un magnífico acabado en el tratamiento del rostro de la santa. Santa Bárbara lleva su atributo tradicional: la torre en la que, según al tradición, fue encerrada por mandato de su padre.

 

Dimensiones: 0,75m. de largo, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

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Santa Desconocida y Santa Águeda

SEGUNDO CUERPO

1ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo de dos santas desconocidas.

Santa Águeda, que se encuentra a la derecha está efigiada como joven de rostro bellísimo que lleva en su mano izquierda una bandeja. Santa nacida en Palermo y martirizada en Catania el 251 y a quien le fueron amputados los pechos y que se la representa llevando dichos atributos en una bandeja de plata. Viste túnica verde con cruz griega dorada en el pecho. La túnica está decorada con estrellitas doradas. Sobre ella descansa un palio marrón claro con abundante dorado. Cubre parcialmente la cabeza con un velo blanco. Ha perdido la peana de apoyo.

 

La santa de la izquierda no presenta atributos que puedan identificarla. Es más alta que su compañera y de rasgos faciales más duros.

 

Dimensiones: 0,75m. de largo, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

 

Al ser las calles y entrecalles de superior altura a las del primer cuerpo, se incorporan a ambos lados de las columnas de las entrecalles, dos medallones ovalados con bustos en altorrelieve que figuran personajes de la época. Estos elementos se van a repetir en los demás cuerpos del retablo.

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Santo y Obispo Desconocidos

2ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a dos santos desconocidos.

El santo de la izquierda es un franciscano joven, de amplia tonsura, que viste túnica con abundante decoración blanca de rameados. Causa sensación de movimiento al adelantar al frente su pierna derecha. Ha perdido un posible báculo o palma de martirio que portaría en su mano derecha.

 

La figura de la derecha corresponde a un obispo que identificamos por sus ropajes y mitra, ya que ha perdido el báculo. Bajo el rico manto del prelado asoma una túnica blanca.

Dimensiones: 0,75m. de alto, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

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Santo y Papa Desconocidos

3ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a dos santos.

El santo de la izquierda es un joven monje de amplia tonsura, muy moreno. No posee atributos que permitan identificarle.

 

El de la derecha es un papa efigiado como hombre joven, de hermoso rostro barbado. Cubre su cabeza con una curiosa tiara conformada por hojas dispuestas verticalmente y que está rematada en el centro de su parte superior por una cupulita. El santo flexiona intensamente su pierna izquierda hasta parecer que se encuentra sentado. Llama la atención la amplitud de sus mangas. Ha perdido el báculo pastoral que llevaba en su mano derecha.

 

A partir de este segundo cuerpo se repite el uso de los medallones elípticos, encima de las figuras de las entrecalles, y en ellos se inscriben retratos en busto de personajes hoy desconocidos, pero que, sin duda, se trata de torrijeños contemporáneos del artista, jóvenes, de edad mediana y ancianos.

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San Miguel Arcángel y Obispo Desconocido

4ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando el arcángel San Miguel y a un obispo.

San Miguel Arcángel está representado como guerrero. Lleva sobre su túnica una coraza y en la mano derecha debía de llevar una espada (hoy desaparecida).

 

Junto a él aparece representado un obispo, sin atributos que permitan su identificación.

 

Las dimensiones de ambas parejas de esculturas coinciden con las demás de las hornacinas de las entrecalles.

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Obispos Desconocidos

TERCER CUERPO

1ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a dos obispos.

Ambos efigiados como jóvenes, con posturas y ademanes simétricos. El de nuestra derecha presenta rasgos faciales más duros. Las mitras son diferentes: más alta la del personaje de la derecha y más aplanada la del de nuestra izquierda.

 

Asimismo, se acusa la diferencia de policromía en el tratamiento de sus ropajes, destacando la túnica azulada del obispo representado a la izquierda. Ambos debían de sostener un báculo en su mano izquierda, hoy desaparecidos.

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San José y Virgen con el Niño

2ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a San José y a la Virgen con el Niño.

 

El santo patriarca aparece representado como hombre maduro, siguiendo la iconografía tradicional. Viste túnica marrón y manto dorado decorados con motivos florales. Las vestiduras registran amplias voladuras. San José inclina su cabeza hacia al derecha y sitúa la rodilla izquierda muy adelantada en actitud de movimiento. Ha perdido su atributo más característico, el bastón florido, y tampoco tiene el nimbo circular de santidad.

 

María tiene un rostro muy joven y hermoso. Viste túnica roja y manto azul. Cubre su cabeza con un velo sobre el que aparece el nimbo. Tiene la rodilla izquierda tan flexionada que, desde nuestra perspectiva, parece estar sentada. El Niño aparece desnudo junto al regazo de su Madre y gira en escorzo el rostro hacia la derecha del espectador. La escultura de la Virgen ha perdido el brazo izquierdo y la peana.

 

Dimensiones: 0,75m. de altura, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

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San Juan Bautista y Santo Desconocido

3ª ENTRECALLE

Esculturas de San Juan Bautista y un santo desconocido.

 

San Juan Bautista, el Precursor, debió de llevar en su mano derecha un báculo. Está representado como hombre joven de larga cabellera y barba muy oscuras. Porta en su mano izquierda un corderito (Agnus Dei=Cordero de Dios), mientras que en su izquierda debió de llevar un báculo, hoy desaparecido. Viste una túnica corta que permite dejar al descubierto parcialmente pecho, hombros y pierna izquierda. Le falta el nimbo circular.

 

El otro santo que dialoga con el Bautista es un hombre anciano, semicalvo, de barba partida. En la mano derecha debió de llevar el atributo que le singularizaría. Igualmente, carece de nimbo circular.

 

Las dimensiones de ambas esculturas coinciden con las de las anteriores.

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San Jerónimo y Joven Mártir

4ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo de San Jerónimo y un joven mártir.

 

El Santo Padre de la Iglesia Occidental aparece efigiado como hombre maduro de larguísima barba oscura. Lleva sobre su cabeza el capelo cardenalicio que, curiosamente, nunca poseyó (sólo fue presbítero), y con el que se le representa tradicionalmente. Porta en su mano izquierda un libro en posible alusión a la Vulgata. Le falta el nimbo circular.

 

El joven mártir que aparece junto a San Jerónimo presenta una figura más estilizada, acaso por tener menos flexión en las piernas. Se le representa como diácono, con túnica blanca y dalmática. Tal vez se trate de San Esteban Protomártir.

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San Lorenzo y Obispo Desconocido

CUARTO CUERPO

1ª ENTRECALLE

Esculturas en bulto redondo representando a San Lorenzo y a un obispo.

 

San Lorenzo está representado como diácono. Es un joven imberbe, de expresión dulce, vestido con alba talar blanca y dalmática marrón. Porta en su mano izquierda el atributo de su martirio, la parrilla (que le llega casi a los pies) y en su mano derecha un libro cerrado. Lleva sobre su cabeza el nimbo de santidad.

 

La otra imagen corresponde a un joven obispo que portaba en su mano derecha el atributo que, acaso, nos hubiera permitido identificarle.

 

Dimensiones: 0,75m. de alto, 0,25m. de ancho y 0,20m. de profundo.

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San Marcos y San Lucas

2ª ENTRECALLE 

Esculturas en bulto redondo representando a San Marcos y San Lucas.

El evangelista San Marcos está representado como varón maduro de melena y barba largas. Adelanta al pierna izquierda y recoge un abultado manto con la mano del mismo lado. A la derecha del santo, a sus pies, aparece descansando el león, su símbolo.

 

El evangelista San Lucas está efigiado como hombre joven que inclina la cabeza hacia su derecha y dirige la mirada hacia lo alto. Apoya la palma de la mano sobre un pequeño becerro que representa su atributo o símbolo evangélico, un buey.

Ambas figuras tienen las mismas dimensiones que las anteriores.

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Santo y Obispo Desconocidos

3ª ENTRECALLE

Esculturas de un santo y un obispo.

El santo desconocido que figura junto al obispo aparece efigiado como hombre maduro. Podría tratarse de un Padre o Doctor de la Iglesia, ya que lleva en su mano izquierda una maqueta de un templo como atributo representativo de tal dignidad.

La figura del obispo que aparece junto al santo, es más pequeña y flexiona intensamente su rodilla derecha.

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San Sebastián y Santa Desconocida

4ª ENTRECALLE

Esculturas de San Sebastián y una santa.

 

A la derecha del espectador se encuentra San Sebastián, efigiado como joven de hermoso rostro. Aparece semidesnudo, apenas cubierto con un faldellín blanco y un largo manto de color marrón claro. La sangre fluye de su vientre y de una herida de su pierna derecha, mientras una de las flechas atraviesa el muslo izquierdo del santo que, como sabemos, murió asaeteado.

 

La santa desconocida es una mujer joven, vestida con túnica oscura y palio dorado. Cubre su cabeza mediante una toca y carece de atributo que permita su identificación.

 

Dimensiones: 0,75m. de largo, 0,25m. de ancho, 0,20m. de profundo.

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San Juan y San Mateo

BANCO

Encontramos una representación de San Juan con su Evangelio y el águila simbólica, y a la derecha San Mateo sentado escribe un libro. Acompaña al evangelista un grutesco que figura la cabeza de un querubín, saliendo de una cornucopia o cuerno de la abundancia y un monstruo o quimera con cuerpo de ave y cabeza de dragón.

Las figuras anteriormente descritas están representadas en altorrelieve y cada una de ellas se inscribe en un tondo. Finalmente, un joven y barbado soldado mira lateralmente, repitiéndose el motivo del grutesco de la quimera anterior.

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Caridad - Justicia - Templanza - Fe

SOTOBANCO

Esculturas en relieve representando la Caridad, la Justicia, la Templanza y la Fe.

Año 1560. Juan Correa de Vivar

En un tondo de 50 cm. de diámetro, en la predela, figura una representación de la Caridad, efigiada simbólicamente como una mujer joven, robusta y rubia que ofrece sus pechos para amamantar a dos niños. El tondo tiene a sus lados sendos dragones vegetalizados. Entre los elementos decorativos, dentro de un pequeño tondo, destaca una cabecita de un niño de cabellos rubios y rizados.

La Justicia está representada como una joven y elegante dama con atuendo de la época renacentista y tocado en la cabeza, que porta una espada en su mano derecha.

 

La Templanza simbolizada por otra figura femenina que vierte agua de un jarro a una escudilla. Ofrece la particularidad ornamental de unos grutescos en forma de sátiros. Este tondo sirve de puerta de acceso a la parte posterior del retablo.

 

La Fe es una joven morena que lleva en su mano derecha un cáliz con hostia y que aparece ataviada con ricos ropajes dignos de un personaje nobiliario.

 

Las cuatro esculturas de las Virtudes son de iguales dimensiones: 0,30m. de largo y 0,21m. de ancho. Sorprende la variedad de grutescos que enmarcan lateralmente las figuras.

Caridad
Templanza
Justicia
Fe
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Bibliografía y Fotografía

Gracias a los que han investigado y compartido sus conocimientos y fotografías con el resto de torrijeños a través de los medios de comunicación, publicaciones históricas, etc...

Asociación Amigos de la Colegiata, Julio Longobardo, Fernando Alcántara, Jesús Sánchez de Haro, Justiniano de la Peña, Antonio Toledo, Alfonso Donoso, Gregorio Sánchez de Rivera, Fernando Melara, Jesús del Castillo, Hermandades Penitenciales, Ayuntamiento de Torrijos, Asociaciones y Grupos Parroquiales...

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